Hola a todos mis amigos.
En primer lugar, me gustaría aprovechar esta oportunidad para darles las gracias por su aliento y sus mensajes de apoyo. 
Luego os hablaré de mi UTMB y del calvario que pasé durante 81,3 km y 13h38’43» de dolor…
Desde primera hora de la tarde, hacia las 14.00 horas, sufrí calambres estomacales y una enorme hinchazón, que empezaron a afectar seriamente a mi confianza y concentración…
Esperaba que para las 6 de la tarde y la hora de salida, estos grandes genes desaparecieran, o al menos disminuyeran considerablemente. Por desgracia, sólo empeoraron… simplemente, no pude digerir mi comida de las 13:00… qué horror…
¿Cómo voy a afrontar la intensidad máxima de una carrera como el UTMB? Los mejores del mundo están aquí, ¡y no se les perdonará ninguna desgracia!
Me esfuerzo por fingir que todo me va bien, ante los periodistas y las cámaras, pero lo noto… Voy a sufrir muchísimo… Sin embargo, me aferro a la idea de que todo irá desapareciendo poco a poco con el paso de los kilómetros.
Ay… todo lo contrario…
La salida fue extremadamente rápida (como todos los años), así que tuve que concentrarme al máximo para no chocar y mantener mi ritmo.
¡¡¡¡Los minutos pasaban y me di cuenta de que me sería imposible alimentarme… qué desastre!!!! ¿Cómo me las voy a arreglar con esta intensidad?
Tengo náuseas, ganas de vomitar, cada vez siento más hinchazón en todo el estómago…
Como resultado, tras una hora y media de esfuerzo, me recorrieron escalofríos y se me puso la piel de gallina… Me puse rápidamente los brazaletes, tenía hipoglucemia.
Como muchos geles y barritas energéticas, pero es demasiado tarde…
Me reencuentro con mi sobrino Beñatou, que me asiste en Les Contamines Montjoie, km 31,8. Me llena de comida, me anima, me motiva, me abraza, me besa para darme toda su fuerza y su coraje.
Estoy dando todo lo que tengo, una vez más ingiriendo una gran cantidad de carbohidratos mientras mantengo mi esfuerzo y la misma intensidad…
Enorme error por mi parte… 1h20′ después del inicio de esta hipoglucemia, tuve una enorme hipoglucemia de reacción… justo lo contrario de lo que debería haber tenido… seguida de una hipoxia que golpeó cada músculo de mi cuerpo… fue devastador… apenas estaba en el kilómetro 40… 133 para llegar a Chamonix y mi sueño de cruzar esta línea de meta en mi famosa «trilogía»….
Estoy en la perdición total… Engullo una cantidad ingente de comida en el avituallamiento «La Balme». Sigo adelante con la esperanza de que al final todo salga bien. Me invaden decenas de personas que me animan y me invitan a seguirles… imposible… me tambaleo, tengo mucho frío.
Incluso cubierto con capas, guantes y capucha, me estoy congelando… todos los corredores que me preceden llevan camisetas…
En el kilómetro 50,7, el avituallamiento de Chapieux. Estoy lívido, tan blanco como un «culo», me dicen… insisten en que lo deje, porque creen que no estoy capacitado para continuar. Me detuve unos 30 minutos, sentado en un banco, con la mirada perdida, devorando galletas, pasteles, queso, jamón…
Me disuaden de volver a partir, ya que la siguiente base de operaciones en Courmayer está a 32 km…
Mis instintos vascos salen a relucir y, terco como un buey, me encamino en la oscura noche hacia el valle que conduce al terrible Col de la Seigne…
El resto no hace falta que te lo describa, porque ya lo has adivinado…
Milagrosamente conseguí llegar a Courmayer a las 7h38, km 81,3, después de 13h38 de sufrimiento, en un estado lamentable… Apenas podía mantenerme en pie, no me quedaban fuerzas.
Me es totalmente imposible continuar y llegar a Chamonix.
Por suerte mi familia está ahí para cuidarme y darme todo su cariño… Me derrumbo, lloro, no he estado a la altura de mi sueño y de mi ‘trilogía’….
Ni siquiera puedo desvestirme sola porque estoy tan dolorida y agotada… Están ahí, cambiándome como a un bebé…
Mi UTMB se detiene aquí.
Disculpe… Esperaba traerte más felicidad. Me perdí todo…
Estoy agotado y necesito tiempo para regenerarme físicamente.
El futuro dirá si puedo volver rápidamente o no… el resto de mi temporada dependerá de mi salud.
El cuerpo humano no es una máquina, como me ha demostrado una vez más. Depende de mí ocuparme de ello.
Un beso muy fuerte para ti.
Hasta pronto.
Beñat
